Me imagino que como a muchos, el diagnostico de la enfermedad habrá sido una caída desde lo más alto y sin paracaídas. Lo que vendría a ser una hostia monumental en toda la cara.
El miedo a otra caída de esa magnitud al principio me producía un bloqueo a hacer cosas, a arriesgarme y que me agarre desprevenido, a tener que sufrir otra situación desagradable.
Por suerte como les comente anteriormente, decidí de inmediato a volver a intentar una vida lo más normal posible dentro de mis posibilidades y afrontarla de una forma abierta y decidida.
El nuevo Gabriel me ayudo a que las caídas, las cuales fueron bastante, no sean tan fuertes. Esta nueva actitud se podría decir que me enseño a planear la caída, a llegar a la tierra de forma más suave.
Afrontar que no te puedan parar la enfermedad, que nunca te de bien un resultado desde el diagnostico y que ya vaya por la 3er medicación no es tarea fácil y estoy convencido que si lo hiciese encerrado en el cascaron y con miedo sería algo ya imposible.
Esta enfermedad me enseño a dejar de poner excusas, perder miedos y hacer las cosas que siempre quise hacer. Las cantidad de cosas que ya voy tachando de mi lista de "pendientes" va creciendo de a poco pero sin pausas.
Unas de las primeras que me animé la tenía pendiente hace mucho tiempo. Había ya tomados muchos aviones en mi vida y cruzado el atlántico 12 horas hasta mi ciudad Buenos aires. Las primeras veces que lo hice no dejaba de mirar la ventana y en mi cabeza no dejaba de pensar "buahhh que flash estoy volando", ahora ya intento dormir las 12 horas!!
Me pregunte que sería lo más cercano a tener la sensación de volar y dije "El parapente".
Ya estaba decidido y no quedaba lugar al miedo y a pos-ponerlo.
Llego el día y fui con mucha tranquilidad. Lo único que me ponía nervioso era que mientra esperaba que los demás se tiren se estaba levantando el viento y había posibilidades de suspensión.
Al fin llego mi turno, ya estaba listo!! La instructora me preguntaba si estaba nervioso y yo pensaba ¿cómo voy a estar nervioso a saltar por una montaña y empezar a volar si es lo que quería hace tiempo? ¿cómo puedo tener miedo si ya soporte una caída tan bestia como la del diagnostico?
Solo quedaba empezar a correr y que el viento me lleve 1.2.3 YA !!!
El vuelo fue fantástico, me dejo sin habla, era como mirar el paisaje en HD y encontrar la paz absoluta. No había nada que pensar ahí, solo dejar a los sentidos (hasta los tocados) disfrutar. La excitación llegaría mas tarde, a la hora de aterrizar y decir - Increíble, me hubiese quedado todo el día volando.
La decisión de hacerlo fue de un día para otro y por suerte en la empresa con la que lo hice me encontró un hueco para ese fin de semana. Después de tirarme le conté a mi gente lo que había hecho. Muchos me decían ¿por qué no hiciste paracaidismo? Mi respuesta fue sencilla - yo ya caí, ahora me tocaba volar.
El miedo a otra caída de esa magnitud al principio me producía un bloqueo a hacer cosas, a arriesgarme y que me agarre desprevenido, a tener que sufrir otra situación desagradable.
Por suerte como les comente anteriormente, decidí de inmediato a volver a intentar una vida lo más normal posible dentro de mis posibilidades y afrontarla de una forma abierta y decidida.
El nuevo Gabriel me ayudo a que las caídas, las cuales fueron bastante, no sean tan fuertes. Esta nueva actitud se podría decir que me enseño a planear la caída, a llegar a la tierra de forma más suave.
Afrontar que no te puedan parar la enfermedad, que nunca te de bien un resultado desde el diagnostico y que ya vaya por la 3er medicación no es tarea fácil y estoy convencido que si lo hiciese encerrado en el cascaron y con miedo sería algo ya imposible.
Esta enfermedad me enseño a dejar de poner excusas, perder miedos y hacer las cosas que siempre quise hacer. Las cantidad de cosas que ya voy tachando de mi lista de "pendientes" va creciendo de a poco pero sin pausas.
Unas de las primeras que me animé la tenía pendiente hace mucho tiempo. Había ya tomados muchos aviones en mi vida y cruzado el atlántico 12 horas hasta mi ciudad Buenos aires. Las primeras veces que lo hice no dejaba de mirar la ventana y en mi cabeza no dejaba de pensar "buahhh que flash estoy volando", ahora ya intento dormir las 12 horas!!
Me pregunte que sería lo más cercano a tener la sensación de volar y dije "El parapente".
Ya estaba decidido y no quedaba lugar al miedo y a pos-ponerlo.
Llego el día y fui con mucha tranquilidad. Lo único que me ponía nervioso era que mientra esperaba que los demás se tiren se estaba levantando el viento y había posibilidades de suspensión.
Al fin llego mi turno, ya estaba listo!! La instructora me preguntaba si estaba nervioso y yo pensaba ¿cómo voy a estar nervioso a saltar por una montaña y empezar a volar si es lo que quería hace tiempo? ¿cómo puedo tener miedo si ya soporte una caída tan bestia como la del diagnostico?
Solo quedaba empezar a correr y que el viento me lleve 1.2.3 YA !!!
El vuelo fue fantástico, me dejo sin habla, era como mirar el paisaje en HD y encontrar la paz absoluta. No había nada que pensar ahí, solo dejar a los sentidos (hasta los tocados) disfrutar. La excitación llegaría mas tarde, a la hora de aterrizar y decir - Increíble, me hubiese quedado todo el día volando.
La decisión de hacerlo fue de un día para otro y por suerte en la empresa con la que lo hice me encontró un hueco para ese fin de semana. Después de tirarme le conté a mi gente lo que había hecho. Muchos me decían ¿por qué no hiciste paracaidismo? Mi respuesta fue sencilla - yo ya caí, ahora me tocaba volar.
Hoy Tranquilo - Parapente
Fue primero asumir, el problema que hay
y después resumir, que ya otra no hay...
...Ya sabés, que sudar es poder
y el querer te responde
Simplemente es tu día, para desafiar
Demostrarle, que hoy, no te puede dañar
Feliz te das, contra ti..
Chiquillo, ¡que gozada!. El vídeo es guay.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de que lo hayas hecho y disfrutado. Y me has dejado el gusanillo, voy a ver si me animo a probarlo.
Un abrazo, Cleo (@somosem)
Hola Cleo,
EliminarAprovecha que el gusanillo ya está ahí. No pierdas la oportunidad de probarlo. No da nada de miedo y te olvidas que estas a cientos de metros de altura. Es la paz en estado puro.
La empresa con la que yo lo hice fue muy seria si te animas y no sabes con quien te busco los contactos.