viernes, 16 de diciembre de 2016

Generadores de energía positiva. Gracias Totales !!


Algo vital y muy necesario para salir rápidamente del bajón fueron los grandes generadores de energía positiva que me rodearon apenas detectaron un problema en mí.  No importaba si estaban lejos o cerca, si nos separaban un océano o estaban en el mismo barrio que yo.  Todos pusieron su granito de arena para mantenerme distraído y hacerme sentir, de diferentes formas, todo su apoyo.

Visitando mi familia, una vez comentado el problema, me dejaron bien claro que están para todo lo que necesite. Los 18 días que pase con ellos no fue agobiándome sobre el tema, sino que se desvivieron para disfrutar cada minuto que estuvimos juntos como siempre. Por eso y mucho más siempre los ame con locura. 
  
Mis amigos de toda la vida acomodaron sus agendas para poder compartir tiempo juntos, y con ellos, también sentí la misma sensación de siempre, cada minuto que pasamos juntos es como si nunca me hubiese ido lejos hace ya 11 años.

Mis amigos de España para hacerme subir mi complejo de no poder hacer nada, me molestaban para que vuelva al equipo de fútbol.  En ese momento era como tener un jugador menos en el campo al no poder ver las cosas en movimiento y al marearme al correr, pero siguiendo las costumbres sagradas del equipo, después en el bar, todos nos reíamos de los sucesos y errores del partido compartiendo charlas y risas.

Un amigo me invitó a pasar una temporada en Barcelona. Era invierno, pero me ayudó mucho estar sentado al lado del mar leyendo y mirando las olas sin pensar en nada, solamente en las letras borrosas y en movimiento del libro y en el ruido del océano.  

También tenía el soporte de mi mejor amigo en España que lo conozco desde casi el principio y me demostró que siempre está y estará para lo que sea, simplemente sin palabras con él.

Mi jefe en el trabajo se portó como siempre conmigo, me siento muy afortunado de tener a esa gran persona en un ambiente tan estresante. Me permitió siempre ir a mi ritmo y cuando al principio tenía bajones muy importantes parar y descansar.  
En el trabajo también estaban mis compañeros (que son amig@s) que hicieron el doble de esfuerzo para cubrir mi lentitud o al tener que irme al médico o a casa por sentirme mal. Desarrollaron un 6to sentido para saber qué día tenía algún problema y me obligaban a irme porque yo intentaba ocultarlo. soy tan cabezón que me negaba a que la esclerosis no me permita hacer una vida normal.

Otros de los pilares que está a mi lado hace mucho, se cruzó media España para acompañarme a la punción lumbar y cuidarme los 2 días en el que no podía hacer muchos movimientos. Al levantarme cuando ya estaba bien, lo primero que me hizo hacer fue ir a dar un paseo.  Engañado finalmente termine en la Fundación de esclerosis múltiple y ahí me lleve la sorpresa que hasta gente que no te conoce, pero que sabe cómo funciona la enfermedad, también te apoya. 

Finalmente llegó la ayuda que se suponía era la más fácil de conseguir, pero la que más se resistió, la que necesitó todos esos empujones externos de gente que demostró lo mejor de ellos.  La ayuda de la que estoy hablando era mi propia ayuda.  Me jure que dejaría de perder tiempo quejándome porque cuando estamos bien en la vida, ya sufrimos por cosas mejores que esta. 

Anteriormente era bastante introvertido, molestándome por algunas situaciones en la que mi reacción era muy normal y poco entusiasta me llegaban a decir capitán frío. 
En muy poco tiempo tuve un cambio pleno en mi vida en el que me está haciendo hacer y vivir cosas que nunca pensé que haría.  Ahora que ya estoy mucho mejor que antes, a veces le pongo tanto entusiasmo a las cosas que “derrapo” y fuerzo mucho la máquina, pero de momento sin daños colaterales.


Seguiré disfrutando el día a día mientras este pleno como ahora y lucharé para salir del pozo si algún día me vuelve a tocar caer en él. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario