sábado, 7 de enero de 2017

Hacer de un grano de arena una montaña – El día que me pasó la vida en imágenes


Asumido el problema ya había cambiado mi forma de pensar y solo estaba esperando el último empujón para darme el alta y volver a trabajar. 
El cambio de actitud no significa que puedas controlar tu estado de ánimo todo el tiempo, el mayor problema, que era el diagnostico, lo estaba manejando muy bien, pero los pequeños problemas que se podían arreglar fácilmente los transformaba de un grano de arena a una montaña.

Un día de pleno verano con 36 grados, tuve el problema más grande de mi vida, que tenía una fácil solución y al estar nervioso no me dejo manejarlo de forma correcta.
Mi antídoto natural para tranquilizarme, mejor que cualquier antidepresivo o pastilla relajante fue, es y será el Mate. En esa época la frase de Julio Cortázar en el fantástico libro de “Rayuela” cobro sentido y justifico mi reacción desproporcionada que explique a mi familia por Facebook.

“Mi único diálogo verdadero es con este jarrito verde.” Estudiaba el comportamiento extraordinario del mate, la respiración de la yerba fragantemente levantada por el agua y que con la succión baja hasta posarse sobre sí misma, perdido todo brillo y todo perfume a menos que un chorrito de agua la estimule de nuevo, pulmón argentino de repuesto para solitarios y tristes.


Crónica del día q vi pasar mi vida en imágenes y felizmente puedo contarlo

Hoy me levanté a las 9.30 aunque mi deseo era dormir hasta las 16hs 23 min 42seg aprox.
Como todavía no estábamos con el calor infernal y mi casa se asemejaba a una pocilga (pero de alto standing) decidí 1ero laburar (trabajar) limpiando todo para luego, de premio, tomar un mate.
Terminada la faena me calenté el agua, agarré el mate y al buscar el tarro de yerba vi la imagen más grotesca q nunca había visto en mi casa ¡estaba vacío!




Al ver que el tarro de la felicidad no tenía el color verde esperanza de siempre, actué inmediatamente y como debe ser, a los grandes problemas respuestas rápidas. Torpemente me vestí y salí de mi casa.
A la media cuadra (calle) me tuve que dar la vuelta porque me había olvidado la billetera. Abrí la puerta me saqué las ojotas (chanclas) para no pisar el suelo mojado y salí nuevamente. Ya en el portal tuve que volver a casa nuevamente y me empecé a preocupar, vi que mi nivel de estrés crecía, había salido sin las ojotas, descalzo. 
Ya por 3ra vez salí de casa y fui al cajero más cercano a sacar dinero y para seguir la tónica de la mañana, este no funcionaba. Ese motivo hizo que mi párpado derecho empiece a moverse involuntariamente.
Tome aire profundamente para tranquilizarme, pero el aire que entro en mis pulmones estaba tan caliente que tuve quemaduras internas de 3er grado.
Seguí camino exhausto, ya me sentía como Laurence de Arabia, pero tenía un fin y lo lograría. 

Llegué al súper y me dirigí directamente a la zona prometida, levanto la cabeza y el lugar donde está el santo grial siempre había sido profanado. Era la segunda imagen grotesca del día.





Ahí mismo colgué, perdí la noción de los siguientes 5 minutos, estaba viendo mi vida en imágenes. A mi párpado con tic se le sumo la taticardia, la hiperventilación y jaqueca.

Empecé a buscar al responsable del súper, iba a hacerle pagar esta herejía aunque fuese con sangre, me plante y dije "hereje decime donde está la Yerba o te hago una hoguera con los escarbadientes de ahí" puse cara de malo pero con mi párpado moviéndose, no fue convincente.
Cuando estaba por atacar, el señor hizo un movimiento y apunto hacia detrás de mi espalda. Me di la vuelta y automáticamente el tic desapareció y la respiración volvió a su ritmo habitual
Por suerte hubo final feliz y ahora soy persona nuevamente.



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